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Salud en el trabajo: un derecho… no un beneficio

  • Foto del escritor: Rinteli
    Rinteli
  • 7 abr
  • 4 Min. de lectura

Por Recursos Humanos Rinteli



Salud en el trabajo

Cada 7 de abril se conmemora el Día Internacional de la Salud, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1948, con el objetivo de concientizar sobre la importancia de la salud en todas las dimensiones de la vida humana. Aunque muchas veces asociamos este concepto únicamente con hospitales, vacunas y medicamentos, la salud se construye también en los lugares donde vivimos, socializamos… y trabajamos.

 

El entorno laboral es uno de los espacios donde más horas pasamos a lo largo de nuestra vida. Por ello, no puede quedar fuera de la conversación sobre bienestar físico, mental y emocional. Las condiciones de trabajo, el ambiente organizacional, el liderazgo, los ritmos de productividad e incluso las políticas internas, influyen directamente en la calidad de vida de los colaboradores. Ignorar esta realidad ha llevado a millones de personas a experimentar enfermedades que podrían haberse evitado con medidas adecuadas.

 

Promover la salud en el trabajo dentro las empresas no solo es una decisión ética, sino también estratégica. Las organizaciones que cuidan de su gente construyen equipos más sólidos, comprometidos y productivos. Y lo más importante: contribuyen a una sociedad más humana.


Salud física en el trabajo


La salud física es, sin duda, uno de los pilares fundamentales del bienestar en el entorno laboral. Sin embargo, en la rutina diaria muchas veces se descuida, especialmente en trabajos de oficina o aquellos con jornadas prolongadas. Lo que parece inofensivo —como pasar ocho horas frente a una pantalla— puede convertirse, con el tiempo, en un detonante de enfermedades crónicas.


Principales riesgos físicos en el entorno laboral:

 

  • Sedentarismo: Permanecer sentado durante largos periodos reduce el flujo sanguíneo, afecta la postura, ralentiza el metabolismo y puede derivar en problemas cardiovasculares.

     

  • Dolores musculoesqueléticos: Malas posturas y mobiliario inadecuado provocan molestias en espalda, cuello y muñecas, siendo causa común de incapacidad.

     

  • Fatiga visual: El uso constante de pantallas sin descanso genera síntomas como visión borrosa, ojos secos y cefaleas.

     

  • Alimentación deficiente: Saltarse comidas o recurrir a productos ultraprocesados influye negativamente en la salud metabólica y digestiva.



Salud mental y emocional en el trabajo


Más allá del cuerpo, la mente también sufre dentro de ambientes laborales estresantes o mal gestionados. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que los problemas de salud mental relacionados con el trabajo están en aumento, especialmente tras la pandemia de COVID-19.


Factores que afectan la salud mental en el trabajo:

 

  • Estrés crónico: Provocado por sobrecarga de tareas, plazos irreales, presión constante o falta de control sobre las decisiones.

     

  • Burnout o síndrome de desgaste profesional: Causa agotamiento físico y emocional, desmotivación y pérdida de sentido del trabajo.

     

  • Ambientes tóxicos: Liderazgos autoritarios, discriminación, acoso laboral y falta de reconocimiento afectan profundamente el bienestar emocional.

     

  • Desbalance vida-trabajo: Jornadas extensas, falta de tiempo personal y conectividad constante llevan al agotamiento y frustración.


El cuidado de la salud mental no debe tratarse como un lujo, sino como una necesidad urgente. Un colaborador emocionalmente estable es más creativo, colaborativo y comprometido.


Prevención y cultura organizacional

 

No basta con tener buenas intenciones o discursos bonitos. La salud laboral debe estar respaldada por acciones concretas y políticas consistentes que fomenten una verdadera cultura organizacional del bienestar.


Ejemplos de buenas prácticas organizacionales:

 

  • Programas de bienestar integral: Actividades físicas, talleres de mindfulness, campañas de alimentación saludable o pausas activas guiadas.


  • Flexibilidad laboral: Trabajo remoto, horarios híbridos, días de salud mental o permisos por causas personales.


  • Espacios diseñados para el bienestar: Oficinas con luz natural, áreas verdes, zonas de descanso y espacios libres de ruido excesivo.


  • Formación y sensibilización: Charlas sobre prevención del estrés, violencia laboral, liderazgo saludable y equidad de género.


Algunos datos relevantes:

 

  • Según la OIT, más de 2 millones de personas mueren cada año por causas relacionadas con el trabajo.

     

  • En México, el 75% de los trabajadores experimentan estrés laboral, según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

     

  • Las empresas que invierten en programas de bienestar reportan hasta un 25% menos rotación y mayor satisfacción general.



La salud en el trabajo no es solo responsabilidad de los departamentos de recursos humanos ni un tema que se recuerde una vez al año. Es un compromiso diario, colectivo y profundamente humano.

 

Una empresa saludable no es aquella que entrega bonos, sino la que reconoce a sus colaboradores como personas integrales. Que entiende que detrás de cada silla hay una historia, un cuerpo que se cansa, una mente que piensa y un corazón que siente.

 

"Trabajar no debería doler. Ni física ni emocionalmente.

Y si duele, entonces es momento de replantear prioridades.

Porque cuando las personas están bien, el trabajo florece"

 

Este Día Internacional de la Salud es una gran oportunidad para detenernos y preguntarnos:

¿Qué tan saludable es el lugar donde trabajamos? ¿Y qué podemos hacer para que lo sea más?

La respuesta no solo mejora las cifras… mejora vidas.





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